sábado, 13 de marzo de 2010

EL CIUDADANO DEBE VOTAR

Germán Oliveros Villamizar
fundacionparticipar@hotmail.com

El ciudadano colombiano puede argumentar todo lo que quiera para no votar; sin embargo, también debe tener claro que no participar en esta justa democrática le resta peso a los argumentos que sustentan su posición crítica frente a la orientación y el desarrollo políticos que le impriman quienes resulten elegidos. La responsabilidad del ciudadano es salir a votar; y, no al azar, hay muchas fuentes por medio de las cuales se puede informar acerca de quienes participan como candidatos. Mal que bien los candidatos a las dos cámaras de alguna manera han expuesto sus propuestas, las cuales se constituyen en uno de los principales factores de selección para el sufragante.

Probablemente el ciudadano del común se sienta hastiado de participar en estos comicios, sabe que el voto se ha venido convirtiendo en un derecho transable; transacción en la cual poco intervienen el análisis de los antecedentes y las propuestas políticas de los candidatos, que permitan vislumbrar y asegurar un mejor horizonte para la conducción del congreso y de las condiciones sociales de los colombianos. El ciudadano ve lejana la posibilidad de tener un congreso que actúe con honestidad, con equidad, donde primen el interés de la comunidad por encima de los intereses individuales y personales. Se observa que ruedan cantidades ingentes de dinero en este evento democrático; también se observa que, algunos candidatos pareciesen competir con la camiseta de algún tipo de patrocinadores (¿contratistas?) los cuales financian sus costosas campañas. Se financian congresistas como se financian las estrellas de fútbol; es una inversión que trae dividendos. Da la impresión de que el voto es una inversión del tipo de las que se cotizan en bolsa.

A pesar de lo anterior, en el abanico de candidatos quedan algunos que justifican el análisis del ciudadano para tomar una decisión; estos pocos son lo que justifican la necesidad de que los colombianos salgamos a votar. Participar es el camino para darle un giro a la marcha social y económica del país. Destaco aquí las palabras de María Teresa Ronderos de Votebien.com: “en vez de sentarse a llorar, el ciudadano puede participar”

“Por medio del sufragio, los ciudadanos ejercen el derecho reconocido en la norma constitucional a participar en la determinación de la orientación política general mediante la designación de sus representantes o mediante la votación de aquellas propuestas que les sean sometidas. Cumple así dos funciones fundamentales que han hecho que el sufragio se arrogue el lugar preeminente en la vida política del Estado democrático liberal: la función electoral, que sirve para designar a los representantes, y la función normativa, que se emplea para iniciar una ley, aceptar o rechazar un texto legislativo e incluso para intervenir en la revisión constitucional” Enrique Arnaldo Alcubilla.

Leia Mais…

miércoles, 10 de marzo de 2010

ALINEACIÓN IDEOLÓGICA

Hernán Gamarra Murillo
fundacionparticipar@hotmail.com

Aunque Uribe no es candidato, no por ello dejará de jugar en el resultado; su influencia sigue vigente; pero el final es impredecible, porque hay una gran dispersión de fuerzas políticas.

Por ahora no se vislumbran coaliciones, al parecer todos quieren medir su caudal electoral. Las alianzas aflorarán a la altura de la segunda vuelta, y entonces el proceso se tornará interesante, porque sabremos si los pactos interpartidistas obedecieron a simples aproximaciones inspiradas en el oportunismo, o si por el contrario, serán la expresión consistente de las afinidades ideológicas.

Algunos analistas señalan que la presencia de Álvaro Uribe en la vida nacional polarizó al país entre sus seguidores y sus contradictores; y no les falta razón, porque las personalidades fuertes que desarrollan consecuentemente un programa de Gobierno, suscitan afectos y malquerencias; no son personajes anodinos que pasan por la vida política sin dejar huella. Sin embargo, como ya no será el gran timonel, las agitadas aguas vuelven a sus niveles de apacible marea.

Ha quedado un nuevo mapa político con nítidas fronteras ideológicas: la derecha de evidente estirpe Uribista, con definidos perfiles doctrinarios, que captó casi todo el conservatismo, porque se sintió interpretado por Uribe, y una buena proporción que desertó del partido liberal, porque encontró allí más identidades que en las veleidades de su partido; el Centro, donde, sin proponérselo quedó ubicado el partido liberal, con algunos matices fuera de contexto como el caso de Piedad Córdoba, quien por coherencia debería estar en el Polo, donde podría desplegar sus inocultables preferencias por el Chavismo; la izquierda encarnada por el Polo, signado por dos tendencias que no son de fácil conciliación: los que veladamente defienden las diversas formas de lucha y quienes prefieren el debate político.

Se avecinan grandes desafíos: para Uribe, demostrar que logró consolidar un nuevo partido político; para el partido conservador aclarar que no se dejó absorber por el Uribismo y aún subsiste políticamente; para el Liberalismo, probar que la disidencia de Uribe no lo hirió de muerte y para el Polo, revelar que es una alternativa seria y no una pasajera ilusión de quienes profesan esa doctrina. Amanecerá y veremos. En el pluralismo reside el vigor democrático.

Leia Mais…

miércoles, 3 de marzo de 2010

Elija y exija

CECILIA REYES DE LEÓN

Este es el título de la campaña de pedagogía política que adelanta la Fundación Participar, teniendo en cuenta la coyuntura electoral que se avecina y con miras a concientizar a los ciudadanos para que hagamos uso responsable del voto. Utilizando los medios de comunicación con que contamos: dos columnas semanales en este diario, tres programas de radio los días miércoles a las 8 a.m. con repetición los viernes y domingos por las emisoras UIS A.M. y UIS Stéreo, así como el weblog: elijayexija.blogspot.com, pretendemos motivar a los votantes sobre lo que significa elegir conscientemente a nuestros congresistas para poder exigir el cumplimiento de las expectativas o propuestas planteadas durante el debate electoral.

La campaña para elegir congresistas se había visto opacada por la expectativa creada alrededor del referendo, que estaba acaparando el cubrimiento de medios y buena parte de las especulaciones y comentarios electorales. Hasta hace unos días el interés de la gente giraba casi exclusivamente alrededor del tema del referendo y tan solo la invasión de vallas publicitarias que afean la ciudad, y unos cuantos avisos de prensa, nos han permitido saber por fotos, cuáles son algunos de los aspirantes al Senado o a la Cámara de Representantes. Esta circunstancia justifica aún más la campaña en la que estamos empeñados.

Ante todo es preciso tener clara la diferencia entre las funciones del poder Legislativo y el Ejecutivo, para no equivocarnos cuando de elegir o de exigir se trate. Mientras el Legislativo, Senado y Cámara, es quien expide las Leyes, el Ejecutivo, o Gobierno, las ejecuta. Una de las principales tareas del Congreso es precisamente la del Control Político o sea la de evaluar la gestión del Ejecutivo.

Para poder ELEGIR bien o sea escoger entre varias opciones o candidatos, es preciso analizar los antecedentes, cualidades y ejecutorias de cada uno de ellos y establecer qué tanto tales condiciones son las apropiadas para cumplir con sus obligaciones en el Congreso. Es reflexionar en lo que significa escoger a quienes rijan los destinos de nuestra patria en el próximo futuro.

Elegir bien no es dejarse comprar la conciencia con futuros contratos, o con regalos, rifas, juegos y espectáculos efímeros que deslumbran, pero que jamás corresponden a lo que tales candidatos deberían hacer para superar las necesidades reales de aquellas comunidades, ilusionadas de momento, pero seguramente ignoradas durante cuatro años más.

Para poder EXIGIR se requiere conocer las propuestas presentadas por los candidatos, hacerles seguimiento a su ejecución y tomarles cuentas en el momento oportuno, y esto es bien diferente a simplemente criticar. Obviamente que para poder EXIGIR también es indispensable haber votado libremente, a conciencia, no haber vendido su voto.

ELIJA bien para tener derecho a EXIGIR.

Leia Mais…

sábado, 27 de febrero de 2010

Votar a conciencia

ANTONIO JOSÉ DÍAZ ARDILA
fundacionpartcipar@hotmail.com

“PARTICIPAR no tiene vocación partidista, pero en función de sus objetivos velará por el cambio de las costumbres políticas….”

Frase que hace parte de la VISIÓN de nuestra Fundación, que nos motiva a proponer unas reflexiones para votar a conciencia, informándose más sobre el tema. Consulte nuestro blog: http://elijayexija.blogspot.com/ y entérese, entre otros datos, quienes son los trece candidatos a Senado y siete a la Cámara, que están sancionados por la Procuraduría.

Debemos conocer a quiénes entregamos nuestros derechos democráticos, ellos definirán por nosotros en el Congreso, las Leyes de todos los colombianos. Deberían ser los mandatarios de nuestras decisiones.

Analicemos primero a qué Partido pertenecen y si compartimos sus principios, porque si nuestro candidato no logra salir elegido, el voto que depositamos por él, hará parte de la votación de su partido. Revisemos a cuántos partidos ha pertenecido. Es posible que acabe de cambiar de bando y una vez obtenga la curul, terminará en otro diferente, para su conveniencia. Así como cambia de “ideología”, cambiará sus propuestas, para negociar su voto. Esa costumbre, popularmente denominada “voltearepas”, debe generar dudas sobre su seriedad.

El Procurador ha dicho que hay indicios sobre la influencia económica de paramilitares, narcos, guerrilla y otras fuerzas, en las actuales campañas. Están reemplazando con dinero, la baja calidad de sus candidatos. Exceso de publicidad, puede equivaler a un mal candidato.

Se ha preguntado ¿ cuáles son los criterios de sus candidatos sobre los temas más importantes de la política nacional, sobre los temas regionales y aquellos particulares de su interés ?.

Difícil ser optimista sobre el análisis que harán las grandes mayorías al votar, cuando sus modelos de comportamiento, reflejados en la penetración de la televisión nacional, los tiene El Capo (la vida de Pablo Escobar); Las Muñecas de la Mafia (sus amantes) y la vida de Marbelle. De imitar estos ejemplos de comportamiento, serán las reinas, los artistas, los futbolistas y los candidatos que con escándalos y derrochando recursos, conformarán las mayorías en el próximo Congreso.

Personalmente recordaré, al depositar mi voto, la hoja de vida del candidato, sus cargos y experiencias, su preparación académica e idoneidad y sus trabajos anteriores, sin importar las frases prefabricadas de la publicidad y la imagen maquillada que presentan en la etapa de elecciones.

De los actuales congresistas analizar su posición y voto en los principales temas del país y cómo han sido sus debates y propuestas en los años anteriores. En resumen, no votar a ciegas por quien no conocemos, votar a conciencia y con claro conocimiento de la persona seleccionada.

Leia Mais…

sábado, 20 de febrero de 2010

COMO VOTAR BIEN

ALFREDO SILVA VALDIVIESO
fundaciónparticipar@hotmail.com

Todo candidato a las corporaciones públicas asume compromisos con sus eventuales electores. Eso es apenas natural; lo contrario –ausencia de compromisos- significaría que tal candidato carece de propuestas, y no tiene propósitos claros, es decir, estaría tomando la política como un simple divertimiento, y no como una gran responsabilidad de alto contenido moral y social.

El problema consiste en descubrir si los compromisos del candidato por el que usted piensa votar son buenos (Prestar un servicio desinteresado a la comunidad en todos los campos que requieren de la ayuda del estado: salud, educación, empleo, vías, seguridad, en fin, la protección de los bienes y la vida de los ciudadanos). O son compromisos perversos, como ofrecer sus influencias para la adjudicación de contratos, con miras a ser retribuido con las utilidades de los mismos, o cualquier otra clase de promesas que no se orientan al bien común, sino al interés personal.

Sin embargo, un problema aún mayor que se plantea el elector es cómo discernir entre el candidato que hace compromisos buenos, y el que se compromete con actos delictuosos o inmorales. Lograr la evidencia no es nada fácil, puesto que el delincuente se cuida siempre de no dejar pruebas de su delito; a menos que se trate de quien por sí, o por intermedio de otro, ofrece descaradamente dinero por el voto. Por eso, como le ocurre al que administra justicia, usualmente la investigación del delito tiene que basarse en la prueba de indicios.

¿Será ésta una labor imposible para un votante? Difícil sí, pero no imposible. Primero: si se trata de un candidato que quiere repetir curul, piense o averigüe qué hizo ese candidato en la Cámara o el Senado. Segundo, si es un aspirante nuevo, fíjese qué nexos familiares tiene con algún parlamentario que esté siendo investigado, o haya sido condenado. Tercero, consulte la hoja de vida e indague qué opinión existe sobre su vida privada y de negocios. Cuarto: Desconfíe de aquel o aquellos candidatos que derrochan dinero en la campaña (muchas vallas publicitarias, reuniones públicas con bastante música, licor a granel y “regalitos”); seguramente no son personas honestas. Esas averiguaciones le ayudarán a saber si debe votar o no por ese candidato.

Tales pesquisas pueden aportar luces o indicios muy importantes acerca de la calidad humana y profesional del candidato y, seguramente, le ayudarán en el momento de tomar una decisión sobre su voto. La fundación Participar invita a los lectores a que sigan estos pasos y tomen conciencia de la responsabilidad que asumen con su voto.

Leia Mais…

miércoles, 17 de febrero de 2010

POR UNA CULTURA CIUDADANA

Germán Oliveros V.
fundacionparticipar@hotmail.com

El próximo 14 de marzo los colombianos, en ejercicio de un derecho fundamental iremos a las urnas para elegir a quienes nos representarán en el Congreso Nacional; elegiremos las personas que legislarán en la búsqueda de soluciones para los problemas sentidos de los colombianos y por la construcción de un país que espera tener hacia el futuro, paz y bienestar. Desde 1959 todos, colombianos y colombianas, perseguimos este objetivo; un variopinto de figuras políticas han desfilado por nuestro capitolio y de esa marcha va quedando una gran frustración para el colombiano que cree que ejerciendo el derecho al voto alcanzará ese bienestar y esa paz tan deseados. Se podría afirmar que de los cerca de 260 parlamentarios que elegiremos, cada vez es menor el número de congresistas que realmente asumen, de manera integral, la responsabilidad propia del poder que ejercen.

No es fácil decidir por quién votar. Por los años sesenta cuando los partidos políticos tenían una identidad consolidada, había algún tipo de orientación política para el proceso de elegir, no obstante la restricción que hacía el Frente Nacional; con el paso del tiempo, superado el Frente Nacional, vino la apertura hacia nuevos partidos lo cual generó grandes expectativas en una nación joven. Bajo el supuesto de que no era conveniente seleccionar entre sólo dos opciones convencionales, se generó la idea de que eran posibles otras opciones, de la misma forma que en otros lugares del mundo; donde gracias a la estructura legislativa era posible alcanzar bienestar para el ciudadano. Sin embargo, los nuevos partidos, o tendencias, no han logrado consolidarse ni en ideas ni en recursos para sobrevivir a la debacle en las que hoy nos encontramos; para que se constituyeran en verdaderas opciones democráticas.

Ahora, se ha venido abriendo paso la tendencia de que cada partido, cada parlamentario, se viene transformando en una especie de empresa que genera dividendos, mayores si les cristaliza la elección; y claro, si son una empresa es necesario invertir en ella para alcanzar algún rédito.

Algunos que tenían recursos y hacían “política” pudieron salir adelante; otros que querían alcanzar el “poder” y no tenían recursos, en un escenario permeado por los negocios ilícitos, encontraron formas fáciles para alcanzar el poder y lograr un enriquecimiento de su “empresa”.

“Políticos”, “inversionistas” y negocios ilícitos confunden hoy al ciudadano y esto obliga un mayor y mejor análisis al decidir por quién votar; pese a todo, hay que hacerlo, no se puede perder la esperanza de cambio. No es raro que el elector se pregunte: ¿de dónde sale tanto dinero, en nuestra democracia? Si la democracia se fundamenta en la participación ciudadana, la transparencia, la rendición de cuentas y en un estado de derecho; ¿en que está sustentada la nuestra? Amigo colombiano de todas maneras es imprescindible votar, no hay mal que dure cien años: Ejerzamos nuestro derecho al sufragio.

Leia Mais…

sábado, 13 de febrero de 2010

DEMOCRACIA EN RINES

ALFREDO SILVA VALDIVIESO
fundaciónparticipar@hotmail.com

Todo este derroche de dinero que estamos presenciando en la publicidad de los candidatos al congreso, y el que va a correr a manos llenas el día de elecciones en la compra de votos, es el signo más diciente, mas demostrativo, de la decadencia a que ha llegado la democracia colombiana. Democracia corrompida cuyo mejor destino-y quizás el único que se merece- debería ser la instauración de un régimen nuevo, como lo vaticinó en su momento Álvaro Gómez Hurtado. Un nuevo régimen que empiece por abolir la vigencia de ciertas instituciones que son causas principales de la corrupción, donde se incuban, crecen y se reproducen los virus que tienen al sistema democrático en un estado de postración letal.

No obstante su evidencia, parece que nadie quiere aceptar -y mucho menos los políticos- que la corrupción se incrementó, en forma vertiginosa, desde el momento en que unas malhadadas reformas constitucionales, paradójicamente ideadas por Gómez Hurtado, establecieron la elección popular de alcaldes y gobernadores; más tarde la corrupción tomó un impulso mayor con el dañino invento del voto preferente. Y todo, dizque porque teníamos que “modernizar la democracia” y ponernos a tono con el resto del mundo. ¡Válgame Dios!

Con la elección popular de alcaldes y gobernadores los grandes caciques descubrieron la forma de perpetuarse en el poder para su enriquecimiento personal. A cambio de promesas de futuros contratos, obtienen ingentes cantidades de dinero, que se invierte en una apabullante publicidad de sus candidatos–títeres, y en la compra descarada de votos, con plata contante y sonante que se reparte entre electores ingenuos, ignorantes y a veces hambrientos.

Después, con el establecimiento del “voto preferente” se fabricó la bomba que aniquiló a los partidos. De tales partidos serios, que respondían a una ideología y a una tradición de honestidad, y que eran garantía del juego limpio de la democracia, solo quedaron cientos de “partiditos unipersonales”, con sedes propias y con patrocinadores distintos al partido que les confirió el aval. Aún los políticos honestos –que los hay, los hay, y no pocos- se ven obligados a armar carpa aparte pues, de lo contrario, nadie se enteraría de su figuración en una lista.

La gran pregunta que uno se hace es esta: ¿esos políticos honestos, por los cuales tenemos que votar si no queremos ser cómplices de la corrupción, tendrán el coraje suficiente para alzar sus voces, así sean por ahora minoritarias, a favor de la derogatoria de los dos engendros constitucionales y legales que he mencionado? A esos políticos honestos por quienes vamos a votar el próximo 14 de marzo, les pedimos que tomen conciencia de esta realidad y obren de conformidad a ella.

Leia Mais…